UNA HERENCIA DE MIEDO (1953)


UNA HERENCIA DE MIEDO. Título original: Scared Stiff. Año 1953. País: Estados unidos. Director: George Marshall. Reparto: Jerry Lewis, Dean Martin, Lizabeth Scott, Carmen Miranda, George Dolenz, Dorothy Malone, Bing Crosby, Bob Hope. Guión: Norman Lear, Herbert Baker. Música. Leith Stevens. Fotografía: Ernest Laszlo (B&W). Productora: Paramount Pictures Duración: 100 minutos. Comedia | Comedia de terror. Casas encantadas

Entre 1949 y 1956 la pareja Dean Martin y Jerry Lewis fue campeona de taquilla. Eran dos cómicos reyes de la Paramount desde Mi amiga Irma (1949) hasta Loco por Anita (1956). En 1955 se produjo un hecho transcendental que cambió el rumbo de sus vidas, trabajaron con Frank Tashlin en Cómicos en París (más conocida como Artistas y modelos), como las relaciones ente la pareja iban muy mal, el realizador supo darse cuenta del enorme potencial que tenía Jerry Lewis, muy superior al de su compañero más capacitado para trabajar en otra clase de películas, sobre todo las relativas al famoso clan Sinatra en el que se integró a la perfección.  
Martin-Lewis al igual que Bob Hope y Bing Crosby, sus rivales en la Paramount, basaban su comicidad en el contraste. Dean Martin era el augusto y Lewis el clown. Las tramas giraban alrededor del primero y el segundo era su contrapunto. A cuenta de esta rivalidad, Martin y Lewis hicieron un cameo en Camino a Bali (1952), protagonizada por la pareja Crosby-Hope y en la película que nos ocupa es dicho tándem quien asoma la cabeza brevemente para espantar a los cómicos protagonistas.
George Marshall, el director con una larguísima trayectoria de 185 películas, había dirigido entre otros a Stan Laurel y Oliver Hardy, y a Bob Hope en El castillo maldito (1940). Era lo que podríamos denominar un director de oficio, un artesano. No era un genio como Billy Wilder, Ernst Lubitsch, Frank Tashlin pero si un profesional muy eficaz, un cineasta de oficio que cumplía a rajatabla, en el menor tiempo posible, los planes de rodaje sin causar perjuicios a las productoras que veían en él una inversión segura.
Una herencia de miedo mezcla el suspenso y en cierto modo el fantástico con el musical y la comedia cómica. Fue la última aparición de la malograda Carmen Miranda, quien falleció dos años después, relegada a papeles pequeños tras sus breves años de gloria durante la segunda guerra mundial. Hollywood la contrató para atraerá públicos latinoamericanos, sobretodo brasileños. Acabada la contienda se la desplazó. La encumbraron rápidamente y con la misma celeridad la hundieron sin ningún miramiento.
En su Brasil natal fue criticada por dar una imagen folclórica de su país pero en realidad Carmen Miranda se convirtió en una artista de fama internacional popularizando  la canción brasileña alrededor del mundo. El tiempo la ha convertido en un icono imitado en numerosas ocasiones. En Una herencia de miedo Jerry Lewis se traviste con su vestuario, una osadía en aquel tiempo, pero hay que tener en cuenta de que se trata un número paródico cuyo objetivo era hacer reír a las plateas.
La mejor parte de la película transcurre en una isla cubana donde se escondió una herencia millonaria por lo que algunos desaprensivos crean una leyenda negra para asustar a visitantes molestos. Todo funciona con corrección, ritmo ágil y simpatía. Una película menor agradecida y agradable de ver.

Salvador Sáinz