EL PADRINO (1972)

Cuando se estrenó El Padrino provocó verdadera conmoción de que se rodara las interioridades de una organización criminal como la Mafia siciliana. Aunque la película de Francis Ford Coppola sea espléndida siempre quedan en el tintero muchos de sus matices. El origen de las organizaciones en los Estados Unidos se remonta a las primeras oleadas migratorias de la isla de Sicilia hasta el país del dólar, donde emigró ciudadanos del resto del mundo generalmente divididos en guetos debido al desprecio que los tradicionales anglosajones sienten hacia otras etnias que no sea la suya.
Los italoamericanos, para defenderse del ninguneo creó un contrapoder. Importaron las mafias de su tierra natal. Así surgieron los Al Capone y Frank Nitty de turno.
Vito Corleone es un ejemplo de esa inmigración que recurrió a la Maffia para sobrevivir en un entorno hostil. Si el mal de España es el amiguismo, el de Italia es la mafia. Ese mal trasladado a un país gigantesco resultó letal.
Así, la película de Coppola arranca con una boda en la que se unen todos los familiares y amigos de los Corleone. Familias patriarcales con unas mujeres sumisas que procreaban al por mayor. La boda reúne a una familia repleta de niños correteando por el jardín, ancianos en sillas de ruedas empujados por fornidos mozos. Bailes a ritmo de tarantela.
Y en un despacho privado, Don Vito Corleone atendiendo “sus negocios”. Familiares que desconfías de la justicia estadounidense que no les toma en serio. Una chica es violada y sus violadores a pesar de ser declarados culpables salen en libertad por orden del juez no más acabar el juicio. La justica de la mafia es implacable. Un par de tiros y los violadores al cementerio.
Un cantante y actor que pasa un mal momento acude a su “padrino” para “convencer” a un productor de que le dé un papel que puede cambiar su vida y lo consigue con malas artes. Estas secuencias provocaron la indignación de Frank Sinatra, acusado de pertenecer a la mafia y de haber conseguido con malas artes su papel en De aquí a la eternidad que le valió un oscar que cambió su vida.
Esta familia tan unida, tan honorable esconde negocios terribles de muerte, vicio y destrucción. Tienen sobornados policías, jueces corruptos, periodistas mercenarios y, sobretodo, políticos a los que tienen en nómina para que les apoyen en todas sus necesidades.
La familia es un poder en la sombra donde todo se consigue a base de sobornos o de extorsión utilizando métodos violentos.
Las mafias están divididas y luchan entre sí para conseguir los monopolios del crimen. Comenten asesinatos horribles, pero cara a la galería sonríen y se presentan como si fueran corderos.
Magistral película de Francis Ford Coppola, película mítica que acaba de cumplir cuarenta años de su estreno y que hizo furor convirtiéndose en moda siendo copiada por numerosas producciones de la época. Espléndidos los actores, espléndida la fotografía y sobretodo la música de Nino Rota.

Salvador Sáinz