EL REINO DE LOS CIELOS (2005)

En la literatura actual las cruzadas tienen mala reputación, se cuentan de que los cruzados eran unos seres sanguinarios, crueles e intolerantes y en cierto modo fue así, pero nunca se tiene en cuenta las circunstancias históricas que motivaron su existencia.
Europa estaba siendo amenazada por el Islam, invasor que no sólo imponía su religión y su cultura  a los países conquistados sino que llegaba a exterminar a quien se oponían a sus doctrinas.
Es el caso de la eterna doble moral. Si los españoles invadieron América imponiendo nuestra cultura es considerado una infamia histórica, pero cuando fuimos nosotros los invadidos resulta que defendernos fue propio de gente reaccionaria. Se mide todo con doble rasero, en esta ocasión para perjudicarnos a nosotros mismos.
Jerusalén liberada (1579) de Torquato Tasso fue un poema épico en donde se contaban las grandezas de la primera cruzada, la de Godofredo de Brouillon en su lucha contra los sarracenos que habían secuestrado Tierra Santa. Jerusalén conquistada (1609) es una obra de Lope de Vega sobre la Tercera Cruzada donde participaron castellanos, un dato apócrifo porque en la Península Ibérica ya tenían cruzada a domicilio y no necesitaban irse a guerrear a tierras extrañas.
Las cruzadas tienen una parte negativa, como fue el pillaje y la brutalidad, pero otra positiva. Contuvo la invasión musulmana que nunca se distinguió por su pacifismo, en realidad fue un imperialismo más. Pero gracias a las cruzadas murió la oscura edad media. Los caballeros feudales perecieron en Tierra Santa creando un vacío de poder muy grande que fue sustituido por el renacimiento de las grandes ciudades.
Ridley Scott dirigió posteriormente Robin Hood (2010) que empezaba con el regreso del rey Ricardo Corazón de León de las cruzadas y El reino de los cielos (2005) termina pues cuando dicho monarca acude a luchar a tierras extrañas. En ambas cintas la Edad Media nos es presentada como un mundo brutal y cruel.
En la que nos ocupa, un herrero cuya esposa se suicida, recibe la visita de un caballero feudal que dice ser su padre y le ofrece expiación y gloria en Jerusalén. Se inicia así una aventura en donde no faltarán toda clase de infortunios. Jerusalén nos es presentado como un lugar corrupto gobernado por un leproso. Los templarios son seres violentos, embrollones ávidos de crear conflictos. Saladino, el caudillo árabe, nos es presentado como un modelo de caballerosidad y gallardía.
La película narra como Saladino reconquista Jerusalén provocando la tercera cruzada en la que intervino el rey Ricardo de Inglaterra, como apuntábamos más arriba.
Pero este film gira sobre la caballerosidad del personaje central Balian de Ibelin (Orlando Bloom) y su principal adversario, sus amores con Sibylla (Eva Green) la hermana del rey leproso. Es una historia de amor y traición. Destacan las escenas de batallas, rodadas con pulcritud por Ridley Scott, el resto es algo tópico de guión pero la maestría del realizador se impone por encima de todo.
Es un buen acercamiento al mundo medieval, tal vez podría haber sido mejor. Ridley Scott ya no ha recuperado el pulso de sus primeras películas como Blade Runner, pero sus películas siempre interesan.

Salvador Sáinz