EL REY Y YO (1956)


EL REY Y YO. Título original: The King and I. Año 1956. País: Estados Unidos. Director. Walter Lang. Reparto: Deborah Kerr, Yul Brynner, Rita Moreno, Martin Benson, Terry Saunders, Carlos Rivas, Alan Mowbray. Guión: Ernest Lehman, Oscar Hammerstein II (Novela: Margaret Landon. Autobiografía: Anna Leonowens). Música: Richard Rodgers. Fotografía: Leon Shamroy. 20th Century Fox. Duración 133 minutos. Musical, Romance, Siglo XIX
PREMIOS 1956: 5 Oscars: Actor (Yul Brynner), bso musical, direcc. artíst., sonido, vestuario color
1956: Globos de Oro: Mejor película y actriz (Kerr) - Comedia o Musical.

Anna Leonowens (Caernarfon, Gales, Reino Unido, 5 de noviembre de 1834 — Montreal, Canadá, 19 de enero de 1915) fue una institutriz galesa que pasó cinco años en Siam (actual Tailandia) dando clases de inglés a los hijos y esposas del rey Mongkut. Mongkut (Rama IV). (18 de octubre de 1804 – 1 de octubre de 1868). Rey de Siam de 1851 a 1868. Considerado por los historiadores como uno de los monarcas más importantes de la dinastía Chakri.
Margaret Dorothea Mortenson, más conocida como Margaret Landon, publicó una novela sobre estos cinco años de la institutriz galesa en Siam, basadas en las memorias que la misma Anna Leonowens había publicado en Reino Unido, y la novela saltó al cine y al teatro.
Ana y el rey de Siam (1946) de John Cromwell, interpretada por Irene Dunne y Rex Harrison, fue la primera versión que se rodó con bastante fortuna. Diez años después se rodó el musical que nos ocupa, que en 1999 tuvo un remake en dibujos animados. Yul Brynner repitió en Anna and the King (1972), una serie de televisión en que la institutriz fue encarnada por Samantha Eggar. La última versión es la de 1999, el mismo año del remake animado, Ana y el rey (1999) de Andy Tennant con Jodie Foster y el actor chino Yun-Fat Chow rodada parte en Malasia. Tal vez sea esta última la más realista de todas, porque el gobierno tailandés se sintió muy disgustado con el rodaje del musical que estamos tratando por matices que expondré más adelante
Richard Rodgers (música) y Oscar Hammerstein II (letrista y autor del libreto) adaptaron la novela de la arriba mencionada Margaret Landon al teatro que se estrenó en Broadway en 1951 con Gertrude Lawrence (la actriz homenajeada por Julie Andrews en La estrella) y el entonces desconocido Yul Brynner como el famoso rey Mongkut. El papel de Anna, aparte de la citada actriz ha sido interpretado en teatro por actrices de gran solvencia como Constance Carpenter, Jan Clayton, Barbara Cook, Valerie Hobson, Celeste Holm, Sally Ann Howes, Angela Lansbury, Josie Lawrence, Virginia McKenna, Hayley Mills, Patricia Morison, Donna Murphy, Marie Osmond, Elaine Paige, Mary Beth Peil, Faith Prince, Risë Stevens, Constance Towers.
Yuli Borisovich Bryner, conocido como Yul Brynner, (Vladivostok, Krai de Primorie, Rusia, 11 de julio de 1920 - Nueva York, Estados Unidos, 10 de octubre de 1985) llegó en 1941 a los Estados Unidos enrolado en una compañía de teatro ruso llegando a trabajar en Broadway en inglés en la obra El rey y yo que representó 4.626  veces.
No sólo trabajó en la representación original sino en numerosas reposiciones, en la versión cinematográfica y la posterior televisiva.

El musical americano o estadounidense, la zarzuela española y géneros similares siempre me han fascinado, evidentemente unas obras más que otras. Oscar Hammerstein II (12 de julio de 1895 - 23 de agosto de 1960) famoso libretista del país del dólar, había triunfado en Show Boat (1927) con música de Jerome Kern cuando se asoció con Richard Rogers iniciando una larga y fructífera colaboración: Oklahoma (1943, Carousel (1945), Allegro (1947), South Pacific (1949), El rey y yo (1951), Sonrisas y lágrimas (1958). Sus obras conjuntas a ratos pecan de empalagosas, sobretodo la citada en último lugar, prefiriendo de todas ellas la ya citada Show Boat o Magnolia que conocemos por dos excelentes versiones cinematográficas, la de James Whale con Irene Dunne, mi favorita, y la colorista de George Sidney, tal vez porque Kern tenía mayor altura en composición musical.
De todas formas, aunque mis gustos musicales se decanten por otros autores (Alan Jay Lerner y Frederick Loewe, Charles Strouse y Lee Adams por ejemplo), El rey y yo tiene algunas piezas de excelente calidad. Lástima que no haya contado en su translación al cine con un director de mayor pericia que Walter Lang (Memphis, Tennessee, 10 de agosto de 1896 – Palm Springs, California, 7 de febrero de 1972), autor de títulos como El marido de la amazona (1933), You're My Everything (1949), Luces de candilejas (1954), Can-Can (1960) que no son malas películas ni tampoco buenas, son medianías y como profesional siempre fue un segunda fila.
Los decorados de la película son demasiado evidentes, demasiado Hollywood para hacerlos creíbles. Se argumentará en su defensa que se trata de una película antigua cuando la técnica no estaba tan desarrollada como la actual y eso es una verdad a medias. Películas más antiguas presentan ambientaciones más certeras.
En el argumento hay detalles de muy mal gusto al tratar la civilización de Siam con una imagen estrafalaria, muy propio del cine de Hollywood que trata con desprecio otras culturas diferentes de la anglosajona como si ésta tuviera el monopolio de la razón. Por ese motivo esta película está prohibida en la actual Tailandia porque las autoridades se sienten ofendidas por su contenido y con razón.
En la parte positiva tenemos el encanto de algunos números, los personajes centrales. Tanto la institutriz, como la primera esposa del rey que es polígamo. El monarca es algo tosco de modales, algo que no me parece demasiado correcto. En otras versiones su imagen salía mejor parada.
El rey Mongkut busca modernizar, aunque tímidamente su país, ponerlo al día y abandonar el feudalismo en la que estaba sumido entonces Lejano Oriente. Una sociedad basada en el esclavismo, las tradiciones, el machismo. Aparece la anécdota de una carta que Mongkut envió al presidente Abraham Lincoln ofreciéndole elefantes para ayudarle a ganar la guerra, ofrecimiento que le deberían dejar muy perplejo.
Otro apunte curioso es cuando el monarca siamés lee la Biblia y se queda atónito con los textos de Moisés, el personaje que fue rival de Yul Brynner en su siguiente película, Los diez mandamientos de Cecil B DeMille.
Aunque El rey y yo no es un espectáculo redondo, tienen muchos puntos que le convierten en un filme entrañable y simpático. Está realizada con mucha profesionalidad y tanto Deborah Kerr como el primerizo Yul Brynner están perfectos en sus respectivas composiciones.

Salvador Sáinz

EL REY Y YO, VERSIÓN TEATRAL

Gertrude Lawrence y Yul Brynner en Broadway

La obra lanzó la carrera de Yul Brynner en el mundo.