TROYA (2004)


TROYA. Título original: Troy. Año: 2004. País: Estados Unidos. Director: Wolfgang Petersen. Reparto: Eric Bana (Héctor), Orlando Bloom (Paris), Diane Kruger (Helena), Brad Pitt (Aquiles), Sean Bean (Odiseo/Ulises), Julie Christie (Thetis), Peter O'Toole (Priamo), Rose Byrne (Briseida), Julian Glover (Triopas), Brian Cox (Agamenón), Nathan Jones (Boagrius), Adoni Maropis (oficial de Agamemnon), Jacob Smith (chico mensajero), John Shrapnel (Néstor), Brendan Gleeson (Menelao), Siri Svegler (Polidora), Lucie Barat (doncella de Helena), Ken Bones (Hipaso de Metaponto), Manuel Cauchi (pescador espartano viejo), Mark Lewis Jones (Tecton), Garrett Hedlund (Patroclo), James Cosmo (Glauco), Nigel Terry (Archeptolemus). Guión: David Benioff (Poemas: Homero). Música: James Horner. Fotografía: Roger Pratt. Warner Bros. Pictures / Plan B Entertainment / Radiant Productions. Duración: 163 minutos. Montaje del director: 196 minutos. Aventuras. Acción, Antigua Grecia. Cine épico. Mitología

Homero (c. siglo VIII a. C.), autor de  las principales poesías épicas griegas, La Ilíada y La Odisea,  es un misterio y existe controversia de si existió o no o de si los autores de ambos poemas fueron la misma persona. No voy a detenerme en este asunto porque no es de mi competencia porque Homero ya cuenta con suficientes eruditos capaces de estudiar a fondo su obra.
Lo que sí es cierto es que si esas obras no se hubieran escrito los héroes troyanos y griegos que aparecen en ellas nadie los recordaría. Ese Aquiles, representado por un egocéntrico actor de Hollywood, que aparece en esta película vive obsesionado con la llamada “inmortalidad”. No sabemos si existió o fue sólo una leyenda, un mito de la antigüedad ya que se carece de datos concluyentes. Ese guerrero obsesivo presentado de forma chulesca por Brad Pitt cree que debe hacer guerras y matar gente para ser recordado durante miles de años y resulta paradójico que si se le recuerda, aunque no sepamos si fue verdaderamente un ser real, es gracias a la labor de un hombre de paz, un escritor conocido como Homero.
Esta versión de Troya tiene muchos puntos positivos a resaltar, pero también otros negativos. La relación de Aquiles con Patroclo es muy extraña ya que se elimina el elemento bisexual del mismo por lo que no se explica bien su reacción cuando éste es muerto por Héctor. El papel del famoso héroe es alargado artificialmente para que el famoso actor aparezca más en pantalla contradiciendo a Homero y además cambian numerosos elementos de la novela que no voy a desvelar para no fastidiar a los futuros espectadores.
Parece ser que los guionistas de Hollywood se creen tan listos que hasta son capaces de enmendarle la plana a todo un clásico de la literatura universal. “Vanidad de vanidades, todo es vanidad” podríamos decir parafraseando al Libro del Eclesiastés.
Afortunadamente la película tiene otros puntos positivos que puestos en la balanza nos dan un resultado mucho más positivo. La composición de Eric Bana como Héctor es, sin ninguna duda, lo mejor de la película así como la reconstrucción en Malta de la Antigua Grecia y de la Ciudad de Troya. El resto del reparto cumple con su función y nada tenemos que objetar.
Troya es un espectáculo típicamente hollywoodense aunque su director sea alemán. No es en absoluto una lección de historia, y se supone que su única ambición es llenar las salas de espectadores, vender muchos DVDs y Blurays, hacer mucha caja y nada más. Está realizada con total profesionalidad y no te aburre, se ve con mucho agrado y, eso es lo que se trata, es divertida.
Aunque banalicen La Ilíada, el espectáculo manda en función de la taquilla y se modifican aquellos elementos que puedan disgustar a los públicos actuales o al menos es lo que se cree. Si como péplum funciona, ya ha cumplido su función porque lo demás son buscarle tres pies al gato. Si se busca un filme histórico de prestigio entonces no vale la pena perder el tiempo. La dirección artística es impecable, así como el tratamiento fotográfico. El continente es óptimo, el contenido discutible.

Salvador Sáinz