DANZA MACABRA (1964)


DANZA MACABRA. Título original: Danza macabra. Año 1964.País: Italia. Directores: Antonio Margheriti, Sergio Corbucci. Reparto: Barbara Steele (Elisabeth Blackwood), Georges Rivière (Alan Foster), Margrete Robsahm (Julia), Arturo Dominici (Dr. Carmus), Silvano Tranquilli (Edgar Allan Poe), Sylvia Sorrente (Elsi),Giovanni Cianfriglia (KIller), John Peters, Merry Powers, Umberto Raho (Lord Thomas Blackwood), Benito Stefanelli, Johnny Walters. Guión: Sergio Corbucci, Giovanni Grimaldi. Música: Riz Ortolani. Fotografía: Riccardo Pallottini (B&W). Coproducción Italia-Francia; Giovanni Addessi Produzione Cinematografica / Ulysse Productions / Vulsinia Films. Duración: 87 minutos. Terror, Casas encantadas. Fantasmas


Uno de los mejores filmes del cine fantástico italiano protagonizado por Barbara Steele, alias “La Divina”, protagonista absoluta de los sueños de millares y millares de aficionados al género en los años sesenta pese a que la actriz acabara por renegar de esos títulos de bajo presupuesto tal vez porque sus emolumentos eran tan exiguos que habría que verlos con lupa.
Resulta curioso la solidez de estos filmes de tan bajo presupuesto y rodajes rápidos, porque en aquella época se utilizaba la falta de medios para justificar la pésima calidad de subproductos rodados en otros lares, como por ejemplo España.
Cuando hay profesionalidad (palabra que mucha gente no sabe qué significa) e ingenio la falta de medios no es obstáculo para rodar una película sólida. Es posible que el filme de  Antonio Margheriti no esté a la altura de los de Mario Bava, es posible. Pero aún así su factura es más que correcta. Ese director a veces firmaba como Anthony M. Dawson. Porque existe el tópico de que los nombres anglosajones venden más que los latinos, sean españoles o italianos, y eso a mí me parece un error.
Lo más importante de esa Danza Macabra, es algo que parece haberse perdido en la actualidad pese a que las nuevas técnicas hubieran permitido desarrollar efectos visuales más profundos, es la atmósfera. En el presente el cine de terror se decanta por la visceralidad y el friquismo extravagante, pero en aquel tiempo se recurría a la elegancia narrativa, a la metáfora y al ingenio.
Una apuesta es el eje de la trama principal, pasar la noche de difuntos en una mansión solitario repleta de seres que viven entra dos mundos, la muerte y la vida. Las imágenes en un brillante blanco y negro le dan un tono fantasmagórico a esa mansión perdida y solitaria. Barbara Steele está genial, aunque bien asistida por el resto del reparto.
El argumento juega con algunos tópicos, como el escepticismo del periodista que se cree que todas las leyendas de la mansión son imaginaciones de gentes ignorantes, creencias ya periclitadas en el siglo de las luces en que se han producido avances científicos importantísimos. Pero la realidad es amarga y es dura.
Anthony M. Dawson. Rodó años después un remake en color y scope, La horrible noche del baile de los muertos (1971) con Michèle Mercier (la protagonista del primer episodio de Las tres caras del miedo). Había más medios pero menos ingenio.

Salvador Sáinz