UNIÓN PACIFICO (1939)


UNIÓN PACÍFICO. Título original: Union Pacific. Año: 1939. País: Estados Unidos. Director: Cecil B. DeMille. Reparto: Barbara Stanwyck (Mollie Monahan), Joel McCrea (Jeff Butler), Akim Tamiroff (Fiesta), Robert Preston (Dick Allen), Lynne Overman (Leach Overmile), Brian Donlevy (Sid Campeau), Robert Barrat (Duke Ring), Anthony Quinn (Cordray), Stanley Ridges (General Casement), Henry Kolker (Asa M. Barrows), Francis McDonald (General Dodge), Willard Robertson (Oakes Ames), Harold Goodwin (Calvin), Evelyn Keyes (Mrs. Calvin), Lon Chaney Jr. (Dollarhide). Guión: Walter de Leon, C. Gardner Sullivan, Jesse Lasky Jr. Música: John Leipold, Sigmund Krumgold. Fotografía: Victor Milner (B&W). Paramount Pictures. Duración: 133 minutos. Western | Trenes

Unión Pacífico trata de la gran gesta de unir el Este y el oeste, los dos grandes océanos mundiales mediante el ferrocarril, entonces llamado el caballo de hierro, dejando multitud de vidas en su largo trayecto. En 1924, en pleno cine mudo, John Ford rodó El caballo de hierro con el mismo tema.
Cecil B. DeMille no podía ser menos y así llevó a la gran pantalla la gran epopeya en su última película de la década y asimismo la última en blanco y negro. En la siguiente contaba ya con el color y una década repleta de aciertos. Policía montada del Canadá repetía algunos miembros del casting de la presente cinta y fue uno de sus mayores éxitos gracias a unos guiones mucho más compactos.
Como es de prever en una obra de este importante, y en su día sobrevalorado autor, el camino que “engrandece una nación” estará repleto de zancadillas y traiciones. Aparecerán los villanos de siempre, tipos ávidos de enriquecerse empobreciendo a los demás. Esa clase de gente que sólo triunfa en países impresentables como es el nuestro pero no en países serios como Estados Unidos en donde dichos individuos no tienen nada que hacer.
Nos encontramos a los dos pistoleros graciosos, un villano ambiguo que fue amigo del prota, es decir el agente de la ley que vigila que el Orden se cumpla, también tenemos un villano de una pieza, el héroe y la chica. Los elementos más típicos del cine de Hollywood pero, eso sí, presentados con suma inteligencia.
Mención especial es el personaje central femenino. Nunca se ha estudiado debidamente el papel que la mujer representa en la filmografía de DeMille, una mujer adelantada a su tiempo, fuerte, con gran personalidad e independiente que en esta ocasión tiene el rostro de Barbara Stanwyck. Es uno de los elementos más positivos de esta épica película de héroes y traidores. Una mujer valerosa que suele ser interpretadas por actrices de primera división como el presente caso.
Y queda la siempre bella puesta en escena en donde el gran DeMille se luce con gran acierto. Aunque la técnica se haya quedado obsoleta, conserva su poder de fascinación. La película es una loa patriótica con fanfarrias y marchas triunfales de aquellos pioneros que desde la anda construyeron un país que se convertiría en la primera potencia mundial gracias a su tesón y su esfuerzo. También a su inmisericorde falta de humanidad, pisoteando pueblos como los amerindios, los negros y los países hispanos del sur. Pero esto es otra historia.

Salvador Sáinz