LA FUGA DE TARZÁN (1936)


LA FUGA DE TARZÁN. Título original: Tarzan Escapes Año: 1936. País: Estados Unidos. Director: Richard Thorpe. Reparto: Johnny Weissmuller (Tarzan), Maureen O'Sullivan (Jane), John Buckler (Captain Fry), Benita Hume (Rita), William Henry (Eric Parker), Herbert Mundin (Rawlins), E.E. Clive (Masters), Darby Jones (Bomba), Cheetah (ella misma). Guión: Cyril Hume (Personajes: Edgar Rice Burroughs). Música: William Axt. Fotografía: Leonard Smith (B&W). Metro-Goldwyn-Mayer. Duración: 89 minutos. Aventuras. Tarzán

La tercera película de la serie Tarzán producida por la Metro-Goldwyn-Mayer es famosa por un cúmulo de despropósitos. En primer lugar la intervención de la censura en la vestimenta de Jane, en Tarzán y su compañera había irritado a las furiosas ligas moralistas que arremetieron contra Maureen O’Sullivan por considerarla exhibicionista y pecaminosa.
En segundo lugar la misma pareja selvática que en plena jungla y en taparrabos se dedicaban a sus juegos amorosos, algo que para esa clase de gente (por llamarles de algún modo) es inconcebible.
Así, con un traje completo para Jane, que esconda más su bella anatomía, y mayor contención en los arrumacos se rueda la tercera película dirigida por James C. McKay.
La película original se ha perdido y de ella nada más se supo. Sólo se sabe que se preestrenó en una sala de una pequeña ciudad. En aquel tiempo era normal que una película se proyectara, a veces por sorpresa, en alguna sala de los Estados Unidos como prueba para contemplar las reacciones del público.
En el presente caso fueron negativas, el tercer Tarzán fue considerado terrorífico y la Metro temió un batacazo espectacular. Por lo que la película entera fue “archivada” y se inició de nuevo el rodaje de una segunda versión más suave en la que se muestra una vida en la jungla aburguesada, familiar y a ratos ridícula que nada tiene que ver con el espíritu de las novelas originales de Edgar Rice Burroughs.
Aunque este film obtuviera un importante éxito taquillero no fue un buen negocio, ya que el presupuesto que se invirtió no fue el rodaje de una película sino de dos porque incluimos los gastos de la primera versión. La productora del león tardó mucho en recuperar la elevada inversión.

La tercera aventura selvática (la cuarta si contamos Trader Horn, 1931, con una mujer salvaje en vez de un hombre como la serie que nos ocupa) por un lado decepciona pero por otra conserva todo su encanto.
Decepciona por sus condicionamientos, la censura lastra mucho y la imposición de planteamientos pequeño burgueses hace que no nos la tomemos en serie.
Por otro lado está el glamour de Hollywood, esa selva, rodada en Backlot, Metro-Goldwyn-Mayer Studios;  Malibu Creek State Park y Los Angeles County Arboretum & Botanic Garden. Las escenas de animales salvajes son insertos en su mayoría, rodadas por otro equipo en África durante el rodaje de Trader Horn en 1931, o escenas pertenecientes a esta película y que fueron reutilizados descaradamente en toda la serie de Tarzán.
En muchos casos, las secuencias se repiten en una u otra película, sólo en los títulos producidos por la Metro, no en los de la RKO que son historia aparte, con unas transparencias que cantan y a veces son ridículas.
A pesar de los condicionamientos aludidos, su principal lastre, la película conserva todo su encanto. Empezada a dirigir por John Farrow (futuro esposo de Maureen O’Sullivan y padre de Mia Farrow), fue sustituido por el eficiente Richard Thorpe (1896–1991), un artesano de la casa de copiosa filmografía. Un director de oficio que sabía hacer de todo, 185 películas en su haber.
La Metro quedó tan satisfecha de su labor que le encargó los dos títulos siguientes de la serie: Tarzán y su hijo, El tesoro de Tarzán y Tarzán en Nueva York.
En la parte negativa de la cinta que nos ocupa están las imágenes de la vida cotidiana de Tarzán y Janes, con esa casita en la copa de un árbol y elevada por un pseudo ascensor movido por un elefante. Unas imágenes que causaban simpatía y hacían gracia pero que edulcoran la cinta.
En la parte positiva toda la aventura en sí, a pesar de sus topicazos. Se empieza por un puerto en donde unos blancos hablan de una expedición, contratan a un guía que es un traidor, su ayudante es un buen hombre y un gracioso, son atacados por una tribu hostil que se asusta al oír el grito de Tarzán.
Películas que en los antiguos cine de barrio arrasaban, sobre todo cuando el público es de edad infantil que se divertía de lo lindo con las películas de Tarzán y eso a mí me parece bien.
Esas cintas en su día las disfruté en pantalla grande, en salas, porque se reponían con regularidad, y comprobé el entusiasmo que despertaban entre los niños (hablo de niños no de niñas, más reticentes a esa clase de películas) de la época, y más lejano en el tiempo en mi propia infancia en la que reconozco fui fan de tan singular personaje, uno de los más longevos y prolíficos de la historia del cine.
Así, entre aventuras más o menos increíbles transcurre esta cinta que no tiene pretensión alguna, es todo un divertimento sano y saludable. Algo racista quizá, pero carece de malicia. Esos filmes de Tarzán por lo general son ingenuos, predecibles pero jamás aburren. Están rodados con mucha profesionalidad y sacan partido de unos trucos ya obsoletos pero que en su día asombraban. La fuga de Tarzán da lo que promete y cumple con su público. Así de sencillo.

Salvador Sáinz

HOLLYWOOD - THE SECOND STEP (1936)

HOLLYWOOD - THE SECOND STEP. Año: 1936. País: Estados Unidos. Reparto: Carey Wilson (narrador), Jane Barnes (ella misma), Maureen O'Sullivan (ella misma), Chico Marx (él mismo), Richard Thorpre (él mismo), Cheetah. Guión: Mauri Grashin. Metro-Goldwyn-Mayer. Cortometraje documental.


Corto documental sobre la figurante Jane Barnes, actriz que no tuvo éxito en Hollywood, y que en La fuga de Tarzán trabajó como doble de Maureen O'Sullivan.
Resulta curioso ver a los negros jugando en los descansos y a la mona Cheetah divirtiéndose con la doble.
Aparición sorpresa de Chico Marx.
El documental es toda una rareza, una curiosidad entrañable.