FURIA DE TITANES (1981)

Al llegar los años ochenta la producción de películas de fantasía habían experimentado un espectacular avance con el estreno de La guerra de las galaxias de George Lucas, Superman de Richard Donner y Star Trek la película de Robert Wise. Avance que dejaba obsoletas las técnicas de otros estudios como los de Walt Disney y los de Ray Harryhausen. Mucho más radical sería la irrupción de las técnicas digitales al cambio de siglo, pero no avancemos acontecimientos.
Estamos en 1981, en plena moda galáctica cuando Ray Harryhausen estrenó su última (y maravillosa) película que no tuvo eco en la taquilla, más ocupada en las nuevas modas, y que llevó a la ruina al gran mago de la animación.
Así, aunque en su día se consideró esta Furia de titanes un filme desfasado en la actualidad es considerado una auténtica maravilla, una película de culto. Sobretodo cuando se han estrenado un remake que data de 2010 y su correspondiente secuela de 2012. A pesar de la evidente superioridad técnica de estas cintas, no llegan a igualar ni la décima parte del filme original pese a sus limitaciones.
Ni que decir tiene que Furia de titanes, que recuerda a la muy superior Jasón y los argonautas, otro fiasco taquillero que no obstante es considerada uno de sus mejores trabajos.

Furia de titanes cuenta por primera y única vez un reparto de grandes estrellas como Laurence Olivier en el papel del dios Zeus, algunos fugaces desnudos extraños en la filmografía de Harryhausen, y un cierto sentido del humor en el personaje del Bubo mecánico que recuerda a R2D2 de La guerra de las galaxias.
El resto es Harryhausen puro, un Harryhausen que parece despedirse del cine tirando la casa por la ventana. Años atrás se rodaban pocas películas de fantasía y por lo general eran torpes en sus efectos especiales. En la actualidad había sido superado por las nuevas tendencias en el aspecto técnico pero, ojo, las películas siempre cuentan con otros elementos a tener en cuenta.
Si comparamos la versión clásica con la más moderna de 2010, resulta vencedora en muchos aspectos. Por ejemplo el guión, mucho más coherente y mejor estructurado, con personajes creíbles y buen sentido del ritmo, del suspenso que sabe mantener en vilo al espectador de principio a fin.
Ese ritmo, ese feeling no ha desaparecido con el paso de los años convirtiéndose en un espectáculo entrañable, un espectáculo que te seduce sin abrumarte con un exceso de pirotécnica.
En Furia de titanes nos encontramos con los verdaderos protagonistas de la cinta, las animaciones. Un perro cancerbero de dos cabezas y no tres como en la mitología, Pegaso el caballo volador, un nefasto y malvado Kraken, el simpático Bubo ya mencionado y el mezquino Calibos.  Y por encima de todo la cruel y terrible Medusa que es todo un hallazgo y que es más inquietante que la moderna.
Con este título, desgraciadamente, se terminó la carrera del gran Harryhausen. Eran otros tiempos, nuevas  tendencias se imponían y le dejaron atrás, relegado al olvido, al baúl de los recuerdos. Un digno final a una carrera gloriosa.

Salvador Sáinz