Wyatt Berry Stapp Earp (19 de marzo de 1848 – 13 de enero de 1929), nacido en Monmouth, Illinois, fue un afamado pistolero que ocupó varios puestos policiales en el oeste de Estados Unidos. Fue uno de los protagonistas del tiroteo en el O.K. Corral en Tombstone, Arizona, junto con Doc Holliday, Virgil Earp y Morgan Earp. Forma parte de las figuras legendarias del Oeste estadounidense cuya vida ha inspirado numerosos westerns.
Wyatt Earp se casó en terceras nupcias con Josephine Sarah Marcus en 1882, una danzarina de origen judío, su matrimonio duró hasta su muerte, por causas naturales, en 1929. Josephine Earp (como se la conoce porque las esposas americanas adoptan el apellido del marido al casarse) es también famosa por el manuscrito autobiográfico Me casé con Wyattt Earp, que el historiador Glenn Boyer convirtió en libro. Este material se ha utiizado desde entonces cuando las andanzas del pistolero se transformó en películas cinematográficas o representaciones de otros medios como obras de teatro o de televisión.
Frontier Marshal (1939) con Randolph Scott como Earp fue la primera adaptación cinematográfica que recordemos. Siguieron Tombstone: The Town Too Tough to Die (1942) con Richard Dix; la extraordinaria Pasión de los fuertes (1946) de John Ford con Henry Fonda; Winchester 73 (1950) con Will Geer; Wichita, ciudad infernal (1955) con Joel McCrea; la mítica Duelo de titanes (1957) con Burt Lancaster; El gran combate (1964) de John Ford con breve aparición de James Stewart; La hora de las pistolas (1967) con James Garner; Tombstone: La leyenda de Wyatt Earp (1993) con Kurt Russell y la que nos ocupa Wyatt Earp (1994) con Kevin Costner.
I Married Wyatt Earp (1983) se adaptó para televisión con Marie Osmond como Josephine o "Josie", como la llamaban normalmente, y Bruce Boxleitner como el famoso pistolero. Duelo a muerte en OK Corral (1971) de Frank Perry irritó a los admiradores de Earp (Harris Yulin) por su mediocridad. Centrada en Doc Holiday, el amigo del pistolero, se rodó en tierras almerienses.
Wyatt Earp llegó en una época de sequía por lo referente al western, género que en otra época disfrutaba del favor multidinario del público gracias a gente como John Ford, Sam Peckinpah, Budd Boetticher, Anthony Mann, Howard Hawks y que tuvo una réplica en el cine europeo con ejemplos rodados en Almeria (los tres Sergios, Leone, Sollima y Corbucci) que en realidad son otra historia.
Lawrence Kasdan, guionista de algunos episodios de Star Wars, triunfó en 1985 con Silverado protagonizado por Kevin Kline, Scott Glenn, Danny Glover, Kevin Costner, Brian Dennehy y la sorprendente aparición de John Cleese como sheriff. El propio Costner obtiene el mayor triunfo de su carrera con Bailando con lobos (1990) como actor y director.
Todo parecía ir viento en popa para la producción de las andanzas de este film que nos ocupa pero no fue así, se estrelló en taquilla y recibió numerosas nominaciones a los razzie. La crítica le fue adversa. La machacó sin piedad.
Vista actualmente puedo considerar exagerada tanto ataque, tal vez esperaban más tras el visionado de Silverado, pero su rechazo tan radical fue desmedido.
El mayor error de esta cinta radica en su excesivo metraje y en su falta de ritmo, a veces pierdes el hilo. Kasdan es mejor guionista que director. Le falta pulso pero tiene brillantes ideas.
En la parte positiva está la visión de Wyatt Earp (Kevin Costner) y de su tercera esposa Josie (Joanna Going, una actriz sin suerte), cuya afición a la literatura nos ha permitido recordar la vida de tan famoso pistolero. Resulta increíble que un sórdido acontecimiento, un duelo a pistolas entre clanes rivales haya adquirido fama inmerecida a nivel mundial debido en parte a la calidad de las anteriores versiones cinematográficas.
Sin ninguna duda nos encontramos ante un personaje que no merecería entrar en los libros de historia, pero ya se sabe que los Estados Unidos mitifica a sus héroes, este país no es como España que se dedica a denigrarlos con saña.
La película de Kasdan hace aguas por el exceso de ambición pero también tiene buenos momentos. El resultado es irregular, a ratos atractivo y a ratos tedioso. Como director le falta fuerza, es su habilidad como guionista lo que le salva del desastre. Pero el fracaso de taquilla impera y su carrera se resintió por ello.
Los últimos westerns vienen de la mano de Quentin Tarantino, Django desencadenado y Los odiosos ocho. El género no ha muerto pese a ser desplazado por otra clase de héroes. Larga vida al western.
Salvador Sáinz
