LA BAILARINA DEL CONJUNTO (1935)

LA BAILARINA DEL CONJUNTO. Título original: Invitation to the Waltz. Año: 1935. Reino Unido. Director: Paul Merzbach. Reparto: Lilian Harvey (Jenny Peachey), Wendy Toye (Signora Picci), Carl Esmond (Carl), Harold Warrender (Duque Wurtemburg), Richard Bird (Weber), Esme Percy (Napoleon Bonaparte), Eric Stanley (Sir Francis), Alexander Field (George Peachey), Anton Dolin (Maestro baile), Hay Petrie (Periteau), Charles Carson (Lombardi), Hal Gordon (Sargento), Gus McNaughton (Vendedor callejero). Guión: Roger Burford, Clifford Grey, Paul Merzbach. Obra teatral de Eric Maschwitz. Producida por Walter C. Mycroft. Fotografía: Claude Friese-Greene y Ronald Neame. Música: Walter Goehr. British International Pictures (BIP). Duración: 80 minutos. Musical británico.

Bien es sabido que la gran estrella del cine alemán de los años treinta había nacido en Inglaterra y educada en un cantón suizo francófono. Por ese motivo hablaba a la perfección tres idiomas, el alemán, el francés y el inglés nativo. Tras su triunfo en las producciones U.F.A. En la República de Weimar, Lilian sintió la llamada de Hollywood que la decepcionó y de vuelta su Alemania rodó este filme de espionaje en su Inglaterra natal.
Los años que seguirían a esta experiencia fueron duros para la gran actriz, los nazis le confiscaron todo su patrimonio y la privaron de la nacionalidad alemana obtenida gracias a su padre alemán. Los nazis desconfiaron de ella y se tuvo que exiliar trabajando en producciones francesas en los últimos años de carrera.
El director de La bailarina del conjunto, Paul Merzbach (1888–1943) nacido en Viena (Austria) era judío y por consiguiente fugitivo que tuvo que exiliarse a Reino Unido trabajando como guionista. Al doctor Goebbels poca gracia le debió hacer semejante acontecimiento. Lilian trabajó algunos años en Alemania, siempre investigada por la Gestapo, por lo que finalmente no le quedó otro remedio que el exilio.


La bailarina del conjunto no es una película sólida, tiene pocos números musicales. Lilian sólo canta una canción y eso decepcionó a sus fans.

No estamos de ningún modo ante un film nulo, nada de eso. Sólo que nos encontramos con un título donde se echa de menos los números musicales de la famosa actriz, una artista ejemplar que gozaba de gran prestigio en su época.
La película es correcta sin más, desmerece de otros títulos de la actriz que en aquel tiempo se sentía decepcionada por el salto a Hollywood. La película que nos ocupa es difícil de ver y de encontrar, en pocos lugares la citan y gracias a una colección de DVDs la hemos podido rescatar del olvido. Todo es correcto pero no extraordinario. Esperábamos más de ella y no está a la altura de sus expectativas. No nos podemos dejar de influencias por las circunstancias ni la condición de exiliado del director, fugitivo de un régimen monstruoso. Pero este film es discreto y nunca nos atrapa. Está realizado con gran profesionalidad pero le falta entusiasmo. No es malo pero podría ser mucho mejor.

Salvador Sáinz