Buscador Diario de Cine

SALOMÓN Y LA REINA DE SABA (1959)

Salomón es un personaje, descrito en la Biblia como el tercer y último rey del Israel unificado (incluyendo el reino de Judá). La Biblia lo considera el hombre más sabio que existió en la Tierra. Logró reinar cuarenta años y su reinado quedaría situado entre los años 970 a.C. y el 930 a.C. aproximadamente.
Naturalmente toda la historia del Antiguo Testamento debe ser puesto en cuarentena porque más que un libro histórico parece un cuento de hadas por la cantidad de hechos sobrenaturales que toman parte en la misma.
El gran Jehová, aquel que es quien es, el que no tiene nombre no tiene otra cosa que hacer que preocuparse por los problemas de una dinastía del siglo X de antes de Cristo por lo que llega a intervenir en batallas para castigar al resto de la humanidad que a fin de cuentas también fueron hijos de su sagrada creación.
Salomón y la reina de Saba sigue la estela marcada por el colosismo, hijos de Cabiria y Cecil B. DeMille, el gran maestro del cine de masas, pero que a pesar de todo es un espectáculo único que el tiempo parece haber borrado de nuestras carteleras.


Salomón y la reina de Saba. Director: King Vidor Intérpretes: Yul Brynner, Gina Lollobrigida, George Sanders, Marisa Pavan, John Crawford, José Nieto, David Farrar, Harry Andrews Título en VO: Solomon and Sheba País: USA Año: 1959. Duración: 135 min. Clasificación: Todos los públicos. Género: Histórica Color o en B/N: Technicolor y Technirama. Guión: Anthony Veiller, George Bruce Fotografía: Freddie Young. Música: Mario Nascimbene

Cuando uno ve películas como ésta me pregunto ¿de dónde habrán sacado los antiguos esas deidades tan cachondas que para honrarlas deben organizar una orgía irritando al gran Jehová que se dedica a lanzar rayos desde el cielo? Resulta curiosa la mentalidad de estos guionistas hollywoodenses que se expresan con mil florituras literarias a la hora de redactar sus historias cinematográficas.
Salomón y la reina de Saba pertenece a una época del pasado, cincuenta y tres años ya, con una visión del mundo ultrapuritana y retrógrada pero, qué astucia, con el pretexto bíblico se burlan de los censores y nos endosan una secuencia magistral que es toda una antología del erotismo cinematográfico.
Una visión de la religión austera que en la actualidad sólo lo comparten los sectores más radicales del Islam, el Judaísmo y el Cristianismo, las tres religiones monoteístas hijas de la misma madre. Una religión que condena el placer sexual como algo perverso que ofende al Sumo Creador que está en los cielos.  
La película de Vidor nos muestra una apasionada historia de amor entre Salomón (Yul Brynnar) y la reina de Saba (Gina Lollobrígida cuya sensualidad se expande por las plateas de antaño y las butacas caseras del mundo actual). Dos grandes sex symbols frente a frente, acompañados del villano genial que fue George Sanders.
Un amor contrariado por pertenecer a dos religiones distintas, contrapuestas. ¿De dónde sacarán los antiguos tan absurdos ídolos? Sin embargo el amor redime y purifica a los impúdicos (¿) de antaño como esa despampanante reina que va por los mundos de dios enseñando el ombligo. ¡Ay, porqué no seremos tan afortunados como los ciudadanos de Saba!
La puesta en escena a ratos resulta algo teatral, propia del género, con algunas ingenuidades como la de este dios invisible que se “digna” hablar con los mortales y especialmente con los del pueblo elegido que siente repelús por el resto de la creación.
La fotografía de interiores con espacios en donde la iluminación se desborda, provocando efectos planos al carecer del juego de sombras, más propio del cine actual. Es un defecto de los primeros años del auge del color y de las pantallas anchas, los technirama y demás scope que contrastaba con la riqueza visual del cine en blanco y negro dominante hasta la fecha. Pero había aparecido la televisión quedando relegado este formato al baúl de los recuerdos. El color de la época era excesivamente brillante y exagerado.
King Vidor nos ha ofrecido películas mejores que ésta, Duelo al Sol por ejemplo en que el Technicolor estaba usado de forma más inteligente. Pero aún así, Salomón y la reina de Saba ofrece un resultado positivo aunque menor. Los actores principales cumplen con su cometido aunque yo prefiero la villanía de George Sanders, genial como siempre, y echamos en falta al gran Tyrone Power fallecido durante el rodaje.  

Salvador Sáinz

Tyrone Power


Rodaje de Tyrone Power

Tyrone Power rodó las tres cuartas partes de su papel en Madrid, pero durante una secuencia de duelo de espadas con George Sanders se sintió enfermo y suspendió el rodaje. Llegó cadáver al hospital. Al cabo de varias semanas fue sustituido por Yul Brynner.