LOS MUERTOS (DUBLINESES) (1987)

Los muertos es una reflexión sobre la muerte, la muerte de un ser humano, de un cineasta en este caso. John Huston utilizó esta obra de James Joyce para despedirse del mundo del cine y de su público. Estaba muy enfermo cuando la realizó, tendido en un camastro pudo llevar a cabo su último esfuerzo. Gran profesional, gran creador, sólo podía despedirse de esta forma, rodando una buena película que supone su testamento creador.
No es una película en absoluto divertida, es todo lo contrario. Incluso en cierto modo nos recuerda a Bergman. Su estilo es sobrio, calmado, reflexivo. La primera parte de la película, la más larga transcurre en una cena de Epifanía de una familia irlandesa.
En la segunda y más breve, uno de los personajes (Anjelica Huston) reflexiona sobre el final de la vida, de los remordimientos por los que no ha sabido comprender y por no esforzarse para hacerles felices.
La película es bella, nostálgica, triste. Destila melancolía. Sus hijos están presentes en el rodaje. Tony Huston como guionista y Anjelica como protagonista.
Un adiós emocionado que cierra una filmografía brillante, con altibajos, donde lo positivo supera lo negativo. Uno de los grandes hombres del cine nos dijo adiós con elegancia y arte. Sólo nos resta agradecerle a John Huston, al gran John Huston, su maravillosa obra que perdurará a lo largo de los tiempos.

Salvador Sáinz