UN VERANO CON MÓNICA (1953)

Lars Ekborg y Harriet Andersson


Un verano con Mónica. Título original: Sommaren med Monika. Año: 1953. Duración: 97 min. País: Suecia. Director: Ingmar Bergman. Guión: Ingmar Bergman, Per-Anders Fogelström (Novela: Per-Anders Fogelström). Música: Erik Nordgren. Fotografía: Gunnar Fischer (B&W). Reparto: Harriet Andersson, Lars Ekborg, John Harryson, Georg Skarstedt, Dagmar Ebbesen, Bengt Eklund, Åke Fridell. Productora: Svensk Filmindustri. Género: Drama. Romance | Drama romántico

Ingmar Bergman era prácticamente un desconocido cuando se estrenó Un verano con Mónica, film que llamó la atención de la crítica francesa, como Jean Luc Goddard antes de convertirse en director de cine. Llamó la atención el primer plano en que Harriet Andersson mira fijamente la cámara rompiendo una de las mayores reglas de la historia del cine aunque ya ha habido anteriormente planos semejantes  pero en este caso dicha mirada supone un desafío a las convenciones y al espectador.
Este hermoso pero triste film cuenta el despertar del amor y su posterior desengaño. Dos jóvenes se encuentran en un bar, intiman y se convierten en novios.
Como sus respectivas vidas eran poco gratificantes terminan por huir en un barco hacia la aventura. Tienen sus primeras elaciones sexuales, las escenas de desnudos entonces eran rompedoras y asombraban al público de la época. Pero las cosas no salen como les esperaban.
Si el novio, después marido, adopta hacia la vida una actitud combativa, desea estudiar para labrarse un porvenir y ofrecerle a su recién adquirida familia un futuro cómodo, Mónica en cambio se niega a madurar, a aceptar sus compromisos. Para ella la vida es sólo un juego, sólo está interesada en su diversión y placer inmediato sin pensar en sus consecuencias.
Algunas profesionales de la crítica le recriminaron a Bergman que el papel femenino sea negativo porque en este caso es la mujer quien abandona al marido con una hija y no al revés. Pero si se desea la igualdad para tener los mismos derechos que el hombre es justo que también lo sea para tener las mismas obligaciones.
Bergman presenta dos formas sobre cómo afrontar la vida. Si el chico decide afrontar las dificultades, luchar para superar su precariedad, mejorar y progresar, en cambio Mónica, sólo preocupada en su comodidad inmediata, decide abandonarlo todo.
Un verano con Mónica marcó la vida de muchos futuros cineastas entre ellos a Woody Allen y François Truffaut que en Los cuatrocientos golpes rinde un cálido homenaje a la presente película cuando Antoine Doinel roba fotos de Harriet Andersson mostrando su escote lo que provocará el despertar de la sexualidad de este muchacho.
Precisamente el despertar sexual, el nacimiento del amor, es el tema central de esta espléndida obra maestra filmada con sencillez pero con unos seres humanos muy complejos.

Salvador Sáinz