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 Eloy de la Iglesia 
 EL DIPUTADO. Dirigido por Eloy de la Iglesia, 1978. Nacionalidad: Española. Intérpretes: José Sacristán, María Luisa San José,                                                                                                                                  José Luis Alonso, Enrique Vivó, Agustín González, Queta Claver, Ángel Pardo, Juan Antonio Bardem. Guión: Eloy de la Iglesia & Gonzalo Goicoechea. Argumento: Eloy de la Iglesia & Gonzalo Goicoechea. Director de fotografía: Antonio Cuevas. 35 milímetros. Color: Eastmancolor. Panorámico. Duración: 116 minutos. Productora: Figaro Films / Producciones Cinematográficas UFESA. Música: Gerena, Victor Manuel. Estreno: 20-10-1978 Empresa distribuidora: Universal films Española S.A. Mayores de 18 años con anagrama                                                                                                                                  "S" Productoras. Espectadores: 841.599. Recaudación: 631.076,20 € |  |  
                                                            | 
                                                                      
                                                                                La película que nos ocupa me representa sentimientos  contradictorios. Por una parte la simpatía personal hacia Eloy de la Iglesia,  aunque considere varias de sus ideas erróneas, y hacia varios miembros del  equipo como María Luisa San José, musa de la transición que desapareció  injustamente de las pantallas por arte de magia. Eloy de la Iglesia se hundió por culpa de las drogas. Durante mucho tiempo  vivió en la indigencia un auténtico infierno del que por fin salió y se  recuperó aunque tardíamente. En El  diputado hay aspectos que me gustan y otros no. Aparece una reflejada una  izquierda que se ha dejado llevar por el folclorismo. La que se pasaba todo el  día repitiendo parrafadas de materialismo dialéctico, tópicos, verborrea  inútil. Esa izquierda que nos vendió a las multinacionales, al Pentágono y a  Bruselas.
 Por otra parte se confunde homosexualidad con bisexualidad y triolismo, opciones  sexuales distintas y respetables que nada tienen que ver con los chaperos ni  con la pedofilia. Ese diputado va en busca de sexo mercenario con menores y no  busca amor en otro hombre adulto. Es el detalle que no me ha gustado de este  filme, así que los protagonistas se pasan el día con discursitos. Por otra  parte da la impresión de que para ser progresista hay que fumar porros y colocarse.  Muchas personas revolucionarias jamás prueban las drogas, el tabaco y el  alcohol dañinos para nuestra salud y nuestra mente. La condición de bisexual u homosexual  (el diputado por lo que se describe es más lo primero que lo segundo pero ya se  sabe que en aquella época el bisexual no existía y el homosexual estaba  proscrito).
 Por otra parte, El diputado es una  crónica de una época muy difícil, la Transición política con gran peligro de  involución. Con una ultraderecha violenta y esquizofrénica capaz de todo para  regresar al poder.
 Ideológicamente la película demuestra padecer de cierta confusión, pese a que  como obra fílmica tenga nuestras simpatías.
 Destaca el trabajo actoral de María Luisa San José, Agustín González y José  Sacristán. Si Eloy de la Iglesia hubiera sido un cineasta más riguroso y lúcido  habría llegado más lejos. Queda en la parte positiva la descripción de ambientes  lumpen a los que es muy aficionado. La fotografía es demasiada plana para mi  gusto, tiene pocas matices y el guión padece de maniqueísmos ingenuos.
 No es una gran película pero si un documento histórico de un valor incalculable  que refleja una época de nuestra historia que podría haber sido mucho mejor de  lo que fue, una época difícil y excesivamente complicada en la que la nueva  democracia padeció una crisis económica muy dura que estuvo a punto de hundirse  al igual que las dos repúblicas españolas y la famosa Constitución de la PEPA.
 Salvador Sáinz |  
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