BREVE ENCUENTRO (1945)


BREVE ENCUENTRO. Título original: Brief EncounterAño 1945. País: Reino Unido. Director: David Lean. Reparto: Celia Johnson (Laura Jesson), Trevor Howard (Dr. Alec Harvey), Stanley Holloway (Albert Godby), Joyce Carey (Myrtle Bagot), Cyril Raymond (Fred Jesson), Everley Gregg (Dolly Messiter), Marjorie Mars (Mary Norton), Margaret Barton (Beryl Walters). Guión: Noël Coward, David Lean, Anthony Havelock Allan. Música: Rachmaninov. Fotografía: Robert Krasker (B&W). Cineguild. Duración: 85 minutos. Romance. Drama, Drama romántico. Melodrama


Sólido melodrama intimista del británico Sir David Lean (Croydon, 25 de marzo de 1908 - Limehouse, 16 de abril de 1991), famoso por sus grandes epopeyas Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, El puente sobre el rio Kwait,  con guión co-escrito con el polifacético Sir Noël Peirce Coward (16 de diciembre de 1899 - 26 de marzo de 1973).
En esta ocasión nos encontramos con un tema considerado anticomercial aunque su Palma de Oro compartido en el Festival de Cannes le dio cierta notoriedad e interés. Una historia de amor entre dos personas ya maduras, casadas y por lo tanto atadas a otras personas, que no pueden vivirlo en su plenitud a causa de las convenciones sociales.
La realización de Lean es muy sobria, destacando una cuidada planificación y una fotografía en blanco y negro impecable.
A nivel de guión tiene una cierta contradicción. ¿Qué hace una mujer madura paseando cada dos por tres en una ciudad que no es la suya, comiendo en restaurantes, yendo al cine y regresando en tren de noche a su hogar en donde le esperan sus dos hijos y su marido desatendidos? Es un detalle muy poco lógico en las coordenadas mentales de la sociedad en la que tiene lugar el presente romance.
Parte de la acción transcurre en una estación de tren en donde Lean presenta un contrapunto, una historia de amor con otras dos personas también maduras pero al parecer sin ataduras. El jefe de estación (Stanley Holloway, a quien conocemos por ser el padre de Eliza en My Fair Lady de George Cukor) y la encargada del bar del mismo lugar. Una historia más alegre que la central que nos ocupa.
Dos seres desencajados y tristes. Casi toda la película transcurre en un flashback en que la mujer, de regreso a casa una vez finalizada su relación secreta, rememora los pormenores de su encuentro con su enamorado, un médico mayor que se siente solo y desatendido como ella. Ambos viven sendos matrimonios que han caíd en la rutina y han olvidado el romanticismo que les unió a sus respectivas parejas.
Su relación es breve, poco duradera, pero deja huella en sus sentimientos. Es como si en su interior se rebelaran contra unas vidas anodinas, tristes, en las que siempre pasa lo mismo una y otra vez envejeciendo aceleradamente hasta llegar al final de la existencia.
Son dos seres que necesitan un revulsivo en sus vidas pero esta alegría les producirá sentimientos de culpabilidad por haber cometido adulterio que según las creencias religiosas cristianas (y desengañémonos de otras religiones y culturas, veamos por ejemplo Los amantes crucificadosdel japonés Kenji Mizoguchi) es un delito grave por considerar una falta contra la institución familiar y un agravio al conyugue “engañado”.  
La película está dirigido con total austeridad por el lírico Lean, uno de los más sólidos prestigios del cine británico de todos los tiempos, y un viaje amargo al interior de dos personas que intentan añadir emoción a sus vidas y que en un momento de las mismas deciden dejarse llevar por sus sentimientos aunque la sociedad considere tal acción un crimen.

Salvador Sáinz